En estos tiempos, ¡somos nuestra mejor compañía!


Una de las experiencias que más nos ha confrontado durante estos días de confinamiento y distanciamiento social como medidas para disminuir el número de contagios de COVID-19 ha sido enfrentarnos a nosotros mismos.
            Emocionalmente, cuando nuestros hábitos y rutinas cambian de manera abrupta, experimentamos soledad, ansiedad, miedo y otras emociones que perturban nuestra estabilidad ya que nos enfrentamos a la incertidumbre al sentir que nada está en nuestro control. Y si bien, los seremos humanos poseemos una asombrosa capacidad de adaptación, la nueva situación que estamos viviendo, nos obliga a replantear nuestras prioridades.
            De pronto, más allá de las reuniones familiares, hemos tenido que aprender a vivir los duelos de una manera distinta, a celebrar a nuestros afectos desde la distancia, a entender y desarrollar nuevas formas de trabajo y de generar ingresos, a consumir estrictamente lo necesario, a inventar nuevas formas de relacionarnos. Y, como bien los indican los especialistas, estas nuevas formas de interacción no terminarán una vez que regresemos a la “normalidad”, que, de normal, como la entendíamos, ya no tendrá nada.
            Pero para mí, el aprendizaje más grande ha sido el estar conmigo mismo. El principio de Satya u honestidad, que se enseña en los Yoga Sutras de Patañjali, resuena con gran fuerza en estos tiempos. Al no mirar hacia afuera ni compararme con los demás, soy mi mejor y única compañía. Ahora práctico desde la honestidad de preguntarme qué necesito fortalecer, qué sanar, qué relajar, qué contemplar. Si te das cuenta, hemos pasado por mucho para llegar a este momento. Lo que es prioritario en estos momentos es aplicar lo que has aprendido desde la honestidad. Dejar de deber ser para empezar a ser.
            Ya no tienes que ser ordenado y limpio porque es algo que se tiene que hacer, sino porque en estos momentos, practicar saucha, el principio de la limpieza y el orden del cuerpo y de tu espacio físico te permiten convivir como un ser armónico en un espacio limitado.
            ¿Cuántas veces habíamos oído que era importante mantenernos en ahimsa, es decir ausencia de violencia, sin lastimarte a ti ni a los demás? Hoy eres consciente de la importancia de cuidarte. Prácticas ejercicio atendiendo las necesidades de tu cuerpo, no lo que digan los demás, tomas tus medicamentos y comes con atención plena porque eres un ser en equilibrio, no porque sea una recomendación de alguien más.
            Para mi la meditación, sigue siendo el lugar donde creo mi refugio emocional, donde me siento en calma, y desde donde puedo observar esta realidad cambiante, como un testigo. Medito no porque tenga que hacerlo, sino porque al meditar me permito ser yo, sin etiquetas ni comparaciones.
            Y finalmente, sigo indagando en aquello que me permite entender a mi mente, a mi relación con lo espiritual y lo terrenal; y también entender la conexión entre la salud física que me proporciona el ejercicio, mi alimentación y el descanso con mi salud mental y emocional.
            Todo esto porque hoy somos nuestra mejor compañía y qué mejor que acompañarnos de la mejor manera.

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