No sé si a ti te ha pasado, pero ocurre que a veces
nos sentimos con entusiasmo para practicar, luego nos cuesta más trabajo y en
varias ocasiones, sencillamente abandonamos la práctica. Mi maestro, Swami
Nityananda, siempre es enfático: “Nunca dejes de lado las prácticas cotidianas.
Incluso en el peor día, cuando realmente no tienes ganas de realizar las
prácticas, oblígate a hacerlas. El día que las dejas una vez, es el día en que
se han ido”. Y continúa: “Ojalá que todos estemos viviendo las enseñanzas, las
prácticas, el conocimiento y todo lo que se nos ha impartido. Lo más importante
es hacer que eso forme parte de nuestra vida. Siempre le digo a la gente que
puedes elegir la práctica o enseñanza que más te guste, que puedas. Es mejor
que no hacer nada. De hecho, yo diría que es maravilloso, porque al menos hay
una enseñanza que puedes decir que has tomado, embebido totalmente, practicado,
y has hecho tuya. Se ha vuelto real para ti. Sólo tienes que seguir eso. A tu tiempo,
cuando te sientas listo, tomarás algo más”.
Las
enseñanzas del yoga permiten desarrollar la experiencia de vivir en paz, en
calma, como lotos que crecen en las aguas fangosas. En ambientes cada vez más
hostiles, podemos encontrar el sentido a lo que hacemos, es decir nuestro dharma o misión en el mundo. Y para eso
están las prácticas, las enseñanzas. Si hoy tienes que tomar una decisión o si
las cosas no son como tú las planeaste, no hay mejor manera que contemplar
estos aspectos cambiantes de la vida desde la calma y la ecuanimidad que te da
la paz de la mente y el contentamiento del corazón. ¿Por qué esperar a que las
cosas vayan mal para realizar las prácticas.
El Hatha Yoga Pradipka, un texto clásico de la filosofía del yoga, enseña: “A los sentidos los gobierna la mente. La mente es gobernada por la respiración. La respiración lo está por los nervios”. Si exploramos la relación que existe entre la respiración, el sistema nervioso y la mente, apreciaremos el valor de la claridad en nuestras decisiones.
Si deseamos cambiar nuestro mundo externo, debemos transformar nuestros patrones de pensamiento. Y solo podemos lograrlo a partir de la práctica constante. El yoga de la disciplina es una gran cualidad.
¡Qué el yoga de la disciplina te acompañe siempre! Tal y como ensañaba el Pattabhi Jois: ¡Practica y todo lo demás vendrá!
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