En India hay muchas celebraciones a lo
largo del año que permiten a las personas honrar y recordar a la divinidad. La
cantidad de dioses y diosas que conforman la mitología hindú es asombrosa. Sin
embargo, no debemos irnos con la primera impresión. Ya lo decía Adriana de la
Torre Fernández, autora del libro Entre
maestros, dioses y demonios, un texto maravilloso para adentrarnos en la
filosofía de la India y cito: “Se habla del hinduismo como una religión
politeísta, y a nivel de la práctica diaria y ritual de la mayoría de la gente,
podría considerarse así, sin embargo, para los eruditos de la India, el
hinduismo es una religión monoteísta en la que Dios tiene muchas caras, muchos
atributos y muchos nombres…”
Entonces,
¿por qué complicarse y honrar distintos aspectos de un mismo Dios? ¿Por qué
tantas celebraciones si en el fondo se reconoce la existencia de una divinidad
única?
Yo
he reflexionado y creo que una de las razones se centra en tener un continuo
recordatorio de los propósitos de una vida plena. En mi casa, tengo una murti o estatua de Ganesh en mi comedor
y una pequeña puja o altar con
imágenes de mis maestros colocada, estratégicamente, en la cocina. ¿Quién no
pasa por ahí más de una vez al día?
¿Y
por qué es importante tener presente estos recordatorios? Contemplo y caigo en
la conclusión de que el trajín diario nos hace actuar a partir de nuestros
hábitos, casi en piloto automático. Piensa por un momento, ¿en realidad eres
consciente del camino que debes tomar a tu trabajo todos los días? Lo tenemos
tan aprendido que nuestro mente actúa por instinto. O prendemos el Waze y mucho
peor, dejamos que una aplicación haga todo el trabajo, en aras de salvar
tiempo. Y éste es solo un ejemplo pero estoy seguro que muchas de las
actividades que realizamos de manera cotidiana están tan aprendidas que ya no
reflexionamos sobre el momento presente.
Y
quizás te preguntes: “Pero si actuar de manera habitual, sin reflexión, me hace
un ser funcional, ¿por qué tendría que tener un proceso más profundo de
atención consciente?
Swami
Chinmayanda escribió un comentario sobre la Bhagavad Guita. Es un libro un poco
difícil de conseguir pero es un verdadero tesoro. Él dice que: “La mente es el
hombre (Mind is man). Como es la
mente, es el individuo. Si la mente está perturbada, el individuo estará
perturbado. Si la mente es buena, el individuo será bueno.” Por eso es muy
importante estar consciente de la mente. Los budistas la consideran el regalo
más grande. Y si nosotros no somos conscientes de la mente, no podremos
apreciar sus agitaciones. La gente vive en estados de ira y enojo continuo que
son provocados cuando sus acciones habituales son modificadas. Una persona cuya
mente esté enfocada en el presente, no divaga ni se angustia. Dedica la energía
precisa a la acción del momento. Y no digo que evadas el ser previsor pero si
estás manejando no dirijas tu atención a los pendientes laborales. Cuando estés
en la oficina, enfoca la mente en tu trabajo y no comiences a especular sí
habrá tráfico o no al terminar la jornada.
La mente humana tiene
un potencial creativo infinito. Piensa por un momento en todo lo que la
humanidad ha creado a partir de una idea. No menosprecies el poder de la mente.
Es decir, dedica la energía de tus pensamientos en el momento oportuno. Ni
antes ni después.
La manera más efectiva
de hacer esto es a partir de cultivar una mente creativa, luminosa y en calma.
Y el camino es la meditación. Meditar es para la mente lo que la ducha para el
cuerpo. Al meditar te vuelves consciente de los procesos cognitivos y de percepción. Te conviertes en el testigo de tu propia
mente. Entrénate en el arte de enfocar la mente. De hecho, esto es yoga. El
sabio Patañjali inicia su disertación sobre la práctica con el aforismo 1.2 Yogascittavrittinirodhah: “El yoga es la
habilidad para dirigir la mente exclusivamente hacia un objeto y mantener esa dirección
sin desviarse”.
¡Qué este periodo que
inicia lo vivamos en atención plena! ¡Qué siempre nos recordamos qué es
realmente lo importante! ¡Qué recordemos que la mente es nuestro tesoro más
preciado!
Namasté
Daniel Mesino (Dan Sam) es maestro e instructor de
yoga además de ser editor de libros. Su twitter es @omyogahoy
Namaste! Excelente artículo gracias por compartirlo.
ResponderEliminarMuchas gracias por escribir y leerlo. ¡Namasté!
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