Del maestro, la luna llena del Guru y la celebración de Gurupúrnima

Algunas personas me han preguntado por qué a los hindúes les gusta tener imágenes de sus deidades y sus maestros por todos los rincones de la casa. Yo no he sido la excepción y tengo una puya en mi apartamento así como una murti de Ganesh y varias fotografías de mis maestros.

La razón es simple: son un recordatorio constante de nuestra verdadera naturaleza. Así cuando cocino, ahí están las fotos de los maestros cuyas enseñanzas me recuerdan lo afortunados que somos por tener salud y alimentos en la casa. En la mesa, hay una murti de Ganesh. Tengo empatía hacia lo que él representa: es el patrono de las artes, las ciencias, el intelecto, la sabiduría y ayuda a remover los obstáculos en el camino. 

De la misma manera, en la tradición de la práctica del yoga, el maestro tiene un lugar muy especial. Es un recordatorio constante de aquello que queremos alcanzar. Los sabios nos dicen que el yoga solo se puede aprender de un maestro a través de la experiencia. Los maestros verdaderos son aquellos que dedican su vida, no solo a la enseñanza, sino también a la indagación de su propia experiencia para poder compartirla después.



Un aspecto importante que el practicante debe tener siempre presente es que tanto las imágenes como los maestros son recordatorios externos que nos deben invitar a conectar con nuestro propio Guru interno. 

Literalmente, la palabra guru está conformada por las sílabas gu: oscuridad y ru: luz. Así pues, el guru es aquel que lleva a sus discípulos de la oscuridad de la ignorancia a la luz del conocimiento, de la esclavitud a la liberación. Por eso se utiliza esta palabra para designar al maestro. Es tan importante este vínculo entre maestro y discípulo que en la India, una de las celebraciones más representativas del hinduísimo, es Gurupúrnima, la noche del Guru

La palabra sánscrita pūrṇimā refiere a la noche o el día de luna llena y deriva del vocablo pūrṇa que significa ‘lleno’ o ‘completo’. GuruPurnima es un día del año en que los aspirantes espirituales y los devotos de maestros espirituales recuerdan la bondad, la compasión y el servicio que los maestros han dado al mundo y la gracia que aún están concediendo. Los maestros espirituales provienen de todas las religiones y de una variedad de países y entornos culturales, y no obstante su meta es la misma: elevar y guiar espiritualmente a los seres humanos y aliviarles de sus sufrimientos en este mundo.


El Guru externo siempre está ahí para recordarte eso que tu sabes que es necesario alcanzar en esta experiencia humana. Nuestros primeros gurus son los padres. Ya sea biológicos o por causalidad, ellos nos cuidaron y nos criaron incondicionalmente porque estaban seguros que teníamos una misión que cumplir en el mundo. Y luego, a lo largo de la vida, tendrás la buena fortuna de encontrarte con maestros increíbles. No importan si son famosos y tienen miles de discípulos o tiene un shala pequeño en una pueblo de la India. Si somos afortunados, hemos practicado el discernimiento correcto y estamos receptivos, las enseñanzas y el maestro estarán ahí para nosotros.
La celebración de Gurupúrnima, según el calendario védico, cae este 2015 el 31 de julio. Hay muchas maneras de unirse a la celebración pero lo más importante es recordar y honrar a todos los maestros que han dejado una huella y que te han permitido recordar qué es realmente lo importante. Esta relación se puede apreciar en un canto de 182 versos que se recita todas las mañanas en muchos áshrams alrededor del mundo. Es la Guru Guita y lo puedes escuchar dando click aquí. 

¡Qué la noche de Guru Púrnima esté llena de bendiciones!

¡Qué nunca haya enemistad entre maestro y discípulo!

¡Qué siempre podamos recordar lo que es verdaderamente importante!




GLOSARIO:

ashram: residencia comunitaria donde se practica la disciplina espiritual; la morada de un santo o de un hombre venerable. 

murti: suele referirse al icono, retrato, pintura o escultura en el que se manifiesta (murta) alguna deidad. 

puja: rito de adoración; altar. 

shala: significa "casa" en sánscrito y se utiliza entre la comunidad de practicantes de ashtanga yoga para honrar el lugar dónde se realiza la práctica. 




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