¿Con qué historia te quedas? Del amor, las relaciones y el yoga

Hace poco vi una película que me conmovió enormemente. Se trata de la Life of Pi (que en México e hispanoamérica se conoció como Una aventura extraordinaria). Dirigida por Ang Lee y basada en la novela de Yann Martel, la historia no tiene pierde.
No contaré la trama. Lo que si quiero destacar es que muchas personas me preguntaron, cuando supieron que la había visto en el cine, “¿con qué historia te quedas?” Y esta es, precisamente, una de las grandes lecciones del filme y que tiene que ver con la manera en qué percibimos todo lo que nos rodea.
            El mundo está en constante cambio. Todo se crea, se sostiene y se transforma. Es la cualidad de la impermanencia. Nada es estático. Así que la manera en que percibimos este dinamismo de formas cambiantes radica en la calidad de nuestra percepción. Lo que para unos puede ser una gran oportunidad de cambio, para otros es una gran tragedia. ¿Con qué historia te quedas? Por esa razón, los practicantes del budismo cuidan con gran amor y detalle la condición de su mente. El maestro Gueshe Kelsang Gyatso enseña que: “las intenciones son más importantes incluso que las acciones. De la calidad de tus pensamientos dependerá la calidad de tus acciones”.
            Las relaciones de pareja son el gran laboratorio de cambio y transformación. El convivir con otra persona nos permite mostrar lo mejor y lo peor de cada uno. Nos espejeamos constantemente y tendemos a realizar proyecciones continúas. En la etapa de enamoramiento, nuestra percepción del otro es inmejorable. Vemos en ella o en él todo lo mejor. Es un éxtasis total. Hay una etapa de idealización que es muy grata para los sentidos y el cuerpo.
Sin embargo, luego ese fuego inicial de la pasión amorosa parece extinguirse y comenzamos a ver cosas que antes no percibíamos. Aquí es cuando vienen los cambios y el desencanto se traduce en desilusión. En mi opinión personal, el amor de pareja es un gran regalo de vida. El desafío es cómo aprender a vivir en plenitud, en paz y en calma durante la etapa del camino que nos toca compartir con otra persona.
Durante la relación de pareja se teje en entramado de formas de comunicación que forman parte del código de cada unión. Las parejas se entienden, aprenden a leerse corporalmente pero, paradójicamente, surge también una incapacidad de comunicarse verbalmente. A partir de las proyecciones que cada uno tiene, vienen los conflictos. Cada uno comienza a ver las cosas desde su propia óptica. ¿Con qué historia te quedas?
Uno de mis maestros de yoga enseñaba continuamente que la mente es como un espejo. Si el espejo está empañado, el reflejo será opaco, sin claridad y distorsionado. De la misma manera, si no procuramos la calidad de nuestra mente y nuestros pensamientos, la proyección que tenemos sobre la pareja será igual: opaca, sin claridad y distorsionada. Nuevamente te pregunto: ¿Con qué historia te quedas?
En uno de sus cuentos, Gabriel García Márquez señalaba que “el amor es eterno mientras dura”. Y creo, se refiere, a la pasión amorosa. Por esa razón, parte siempre de la cualidad de la impermanencia. Nada es estático. Todo está en constante cambio. Cuando uno es consciente de este cambio, la mente comienza a vivir en el momento presente. Vivir en el aquí y el ahora es el primer paso para generar la atención consciente y comenzar a pulir el proceso cognítivo con el que nos explicamos el mundo  y a nosotros mismos. Y medita, medita, medita. La práctica de meditación es la herramienta por excelencia para comenzar a ver las cosas con mayor claridad y entendimiento. Cuando nuestra mente está en calma, nuestro corazón se apacigua y surge la claridad ¿En realidad lo que estoy viendo en el otro o la otra es lo que es? ¿O es lo que me gustaría que fuese?
La capacidad de amar del ser humano es infinita. Cuando miramos a los ojos de nuestra pareja, podemos reconocernos en la compasión y en la gran fortuna de recorrer esta vida juntos. La clave, creo yo, está en afinar cómo percibimos al mundo. ¿Qué tan en paz y en calma estamos para ver lo que es y no lo que queremos ver? Al final de cuentas, nos podemos contar muchas historias pero también está la posibilidad que cada uno tiene de decidir. ¿Con qué historia te QUIERES quedar?

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