Día 10

Rajasthan - Jaipur

Estoy entrando en la etapa final de este viaje a India. Anoche llegué a Delhi. Fue algo curioso porque a unos minutos de abordar el vuelo nos informan que el avión no podrá despegar por problemas técnicos. Supuestamente saldría a las 17:10 pero me quedo varado dos horas en el aeropuerto de Varanasi. Bromeo con una chica de Dubai y decimos que estos retrasos compensan el precio tan barato del boleto.
Pero después de una noche más en Delhi me preparo para partir a este último trayecto en India.
No hay otro estado en este país que posea tal riqueza de palacios y fuertes, de alegres festivales y bazares como Rajasthan. Aquí visitaré las ciudades de Jaipur, Udaipur y Pushkar. Estoy contento porque esta parte del viaje tiene un carácter más turístico qu los anteriores lugares aunque Pushkar es también un lugar con muchos sitios de peregrinación.

09:30 El trayecto a Jaipur lo realizo por carretera. Es una buena hora para salir de Delhi porque no hay que lidiar con el tráfico de la ciudad. Hay una relativa tranquilidad que es muy distinta a los días previos. En la India se conduce por el lado izquierdo, como en el Reino Unido. El claxon suena todo el día porque es una forma de anunciar a los peatones y a otros conductores que se hagan a un lado. Pero en este caso, fluye muy bien el transito vehícular. La carretera está en buenas condiciones. Son de peaje y en el camino pasamos por una zona de oficinas muy lujosas a las afueras de Delhi. Los edificios son espectaculares y hay zonas residenciales en los alrededores. Veo modelos de automóviles y camionetas que no había visto antes. Mercedes Benz, VW, Delloite. Me da gusto incluir este tramo del viaje. Es otra parte de India.

Jaipur se encuentra a 261 km al suroeste de Delhi. Es la capital del estado de Rajasthan y se le conoce como la Ciudad Rosa por el color de sus edificios más emblemáticos. En sus calles, los camellos se abren paso entre las motocicletas. La vieja zona amurallada alberga el City Palace, un observatorio astronómico y varios bazares que venden desde zapatos a joyas. Pero la vida gira en torno al Hawa Mahal, el "Palacio de los vientos".

12:48 Hago una pequeña parada en el camino para comer. Es un restaurante turístico con un espacio para comer en el jardín. Los paisajes son muy similares a México: campos verdes arbolados. De camino, viene ese proceso de introspección donde revisas algunos aspectos de tu vida. Creo que sabes que el viaje está a unos días de concluir.
Antes de entrar al estado, me comenta el taxista que me trae, que necesita pagar un impuesto local para poder circular en Rajasthan. Mientras se detiene en la carretera, se acerca una hijra a pedir dinero. Las hijras son una casta en India conformada por hombres trasvestidos y eunucos. Leí en la guía de Lonely Planete que la mayoría de estos hombres son gays, algunos intersexuados y, otros lamentablemente fueron secuestrados desde pequeños y castrados. Generalmente son contratados para amenizar las bodas o el nacimiento de un niño varón aunque también muchos de ellos se dedican a la prostitución.

16:00 Estamos llegando a la ciudad de Jaipur. El paisaje cambia totalmente. Aunque es una ciudad con gente, no son las aglomeraciones de Delhi o Varanasi. Es un lugar eminente turístico y abundan hoteles muy exóticos y bazares de pinturas, sedas, brazaletes, zapatos y esculturas de bronce. Ahora no me hospedaré en un āshram. Necesito recuperar fuerzas y asimilar un poco la intensidad del mismo. Es algo que recomiendo, sobre todo para la parte final del trayecto. El hotel donde me quedo tiene una decoración hermosa y muebles de madera que reflejan el estilo de la región. Además, se incorporan al paisaje un animal que no había visto en India: los camellos. Hay por doquier y se utilizan no sólo como una atracción en carruaje para turistas sino también como medio de transporte.
Mientras camino por estas calles, comienza a oscurecer. Generalmente anochece aquí después de las seis de la tarde. Aunque algunos lugares están cerrados, tengo la oportunidad de llegar al Jal Mahal, el palacio del agua.
Cuando las lluvias del monzón llegan al lago Man Sagar, el Jal Mahal parece flotar milagrosamente sobre sus aguas. Madho Singh I mandó a construir este hermoso palacio a mediados del siglo XVIII. Tomó como modelo el Lake Palace de Udaipur, donde pasó su infancia. El lugar es hermoso, de una paz increíble que contrasta con los sonidos que producen las aves. La vista en la noche es impactante. Ahora regreso al hotel, para descansar un poco y prepararme para mañana, cuando visitaré los lugares turísticos de esta ciudad y luego dirigirme a Udaipur.

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