El propósito de vivir

A don Pascual y don Fernando,
dos seres excepcionales. Gracias, gracias, gracias. ¡Ahó!

¿Cuál es el verdadero propósito de vivir? Es una pregunta que deberíamos recordarnos constantemente. Hace un par de semanas tuve la oportunidad de participar en un despacho con don Pascual y don Fernando, dos chamanes del Perú. Se dice que los chamanes son hombres de sabiduría de las montañas. Comparten este legado con los yoguis que habitaban en los Himalayas y que desarrollaron el conocimiento del cuerpo, la mente y el alma, es decir la ciencia y la filosofía del yoga.
Un despacho es una ceremonia en la que los chamanes van dando forma a un mandala que representa la conexión entre la tierra, el cielo y los participantes. Conforme el despacho avanza, los elementos dispersos (galletas, flores, algodón, hojas, dulces) van tomando forma en un orden perfecto. Nada está dispuesto de manera arbitraria. Y es que a la energía le gusta moverse en sistemas ordenados. ¡Qué gran afirmación! Esto me lleva a contemplar la pregunta inicial: ¿Cuál es el verdadero propósito de vivir? Si queremos que la vida sea plena y que se manifieste en todo su esplendor, debemos tener claridad y sistemas de pensamientos ordenados. Por eso tanto énfasis en el yoga por cultivar una mente en paz, en calma. No existe tesoro más grande que una mente luminosa.

Para eso practicamos yoga. Toda nuestra disciplina y dedicación deben estar encaminadas a este propósito. De ahí la enseñanza de K. Pattabhi Jois: "Practica y todo lo demás vendrá". Medita, cuida tu cuerpo. ¡Qué tus acciones sean conscientes! ¿Cómo lo alimentas? ¿Qué le das a tu mente?

Con una mente tranquila y ecuánime viene la claridad. Piensa en tu mente como un espejo. Si no está limpio, los reflejos serán nulos o distorsionados. De la misma manera, si tu mente no es pura, jamás podrás apreciar la belleza creadora de los pensamientos y te enfrascarás en ideas vagas o en expresiones que surgen a partir de estados emocionales. Por eso, contempla por unos minutos el poder creativo de tu mente. Todo lo que eres tiene origen en lo qué crees. Cuando crees, creas. El potencial es infinito. Sólo observa a tu alrededor. Todo en el exterior es reflejo de un proceso de introspección. ¿Lo puedes ver? Entonces, vayamos a lo básico. Estamos en una buena época. ¿Qué quieres lograr, qué quieres alcanzar? ¿Para qué?

Formula intenciones. ¡Qué tus propósitos estén cargados de intencionalidad pura, resultado de escucharte y ser honesto contigo. Si hay alguien a quién jamás podrás engañar es a ti mismo. Nadie mejor que tú sabe lo que necesitas en este momento. Pero busca esos oasis a los que siempre podemos llegar. En espacios urbanos y ciudades que cada día son menos amables para vivir, ¡qué reconfortante es el silencio que encontramos al meditar! ¡Qué paz más sublime disfrutamos en svasana (la postura del cadáver) después de una práctica entregada de Ashtanga Vinyasa o Hatha Yoga! Tenlo siempre presente: las prácticas son tuyas, te pertenecen. Uno de mis maestros me recordaba constantemente la importancia de respirar durante la clase de Ashtanga Yoga. Y me decía: "Si hay algo que siempre te acompañará en la vida, es tu respiración. Regresa siempre a ella". De la misma manera, te digo que las prácticas de yoga están para ti, para toda tu vida. Cuando sientas que todo se cae, ¡regresa a las prácticas!

Tienes una gran oportunidad. Un año está por iniciar. Cuentas con todo lo necesario para que sea un gran ciclo. ¡No lo dejes ir! ¡No esperes más! El yoga está contigo.

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