De la oscuridad a la luz

¡Estamos prácticamente en la recta final del año! Comienza noviembre y todo parece acelerarse. Ha llegado el tiempo de preparar reportes, cerrar presupuestos, organizar las vacaciones de fin de año. Se vuelve un correr constante que trastorna el ritmo habitual que manteníamos anteriormente.
    No sé ustedes, pero por estas fechas hay días en que me siento con una energía desbordada y en otras ocasiones, sin haber realizado demasiadas actividades, experimento fatiga y cansancio. Por esa razón, he decido escribir sobre sobre tres cualidades que la filosofía hindú ha identificado en la naturaleza y que B.K.S. Iyengar explica en su libro Luz sobre el yoga: “Para el hombre, su vida y su conciencia, junto con el cosmos entero, son las tres emanaciones de una misma prakrti (materia o sustancia cósmica), emanaciones que difieren en su designación según el predominio de uno de los gunas”.
Entender qué son los gunas nos ayudará a comprender nuestros estados cambiantes de ánimo, sobre todo en estos meses que se caracterizan por tanto movimiento.
Los tres gunas son: tamas (oscuridad), rajas (actividad) y sattva (pureza). Es fácil identificarlos porque se expresan como apatía y pesadez (estado tamásico), actividad constante (estado rajásico) y calma (estado sáttvico). Contempla por unos minutos: ¿cómo te sentías ayer al terminar tu día?
Es importante aclarar que una persona no permanece siempre en un estado sattvíco, tamásico o rajásico. Son transitorios y dependen de varios factores, ¡pero siempre están latentes! Por esa razón, la gente disfruta de la práctica del yoga ya que, entre sus beneficios, permite acceder a un justo medio: ni una depresión constante, ni una actividad desmedida. Iyengar explica que “Tamas es la cualidad del engaño, la oscuridad, la inercia y la ignorancia. Aquella persona en la cual predomina se muestra apática y se halla sumida en un estado de indolencia. Sattva conduce a lo divino mientras que tamas conduce a lo demoníaco. Entre las dos se encuentra rajas”.
La práctica de yoga nos permite trascender el estado tamásico y dirigir a un punto la energía desbordada que se genera a partir de rajas. La meta es acceder a un estado sáttvico, puro, luminoso, que se caracteriza por una mente en paz y un corazón contento. Así que date unos minutos para respirar, estirarte y volver al centro. Prueba la siguiente secuencia de posturas. Se practica sentado. Es recomendable después de estar frente al escritorio por períodos prolongados.
Primero, sepárate un poco del respaldo de la silla. Mantén las plantas de ambos pies firmes y paralelas en el piso. Alarga tu columna vertebral. Deja que se extienda. Inhala profundo y exhala largo. Estira tus brazos y toma tus codos con las manos. Llévalos por arriba de tu cabeza. Esta simple acción expande la zona del plexo solar, amplía la capacidad pulmonar y relaja la tensión en la espalda. Cuenta cinco respiraciones a un ritmo normal. Después vuelve a inhalar y al exhalar cambia el entrecruzado de tus brazos. Una vez más, cuenta cinco respiraciones. Vigila que el cuello no se tense. Después de tu quinta exhalación, inhala una vez más y al exhalar suelta la postura. Repite la secuencia las veces que tu cuerpo te lo pida. Permanece alerta del ritmo de tu respiración.
Ciertos rasgos distinguen a las posturas o ásanas en yoga, independientemente de su aparente complejidad. Estás características son: arraigo (las dos plantas de los pies sobre el suelo), expansión (alargamiento de la columna vertebral), pranayama (respiración consciente) y dharana (concentración). Al integrar todos estos elementos, experimentamos un estado de equilibro y tranquilidad. Por eso, cuando sientas la necesidad angustiante de acabar con todos tus pendientes antes de que termine 2010 o, por el contrario, experimentes una pesadez y apatía total que prefieres no saber nada, ¡detente, no te subas al tren! Mejor contempla, identifica en dónde estás (tamas, sattva o rajas) y regálate la oportunidad de entrar a ese estado de luz, calma y armonía. Nadie lo hará por ti.
Lectura recomendada: Luz sobre el Yoga de B.K.S. Iyengar. Editorial Kairós.
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Este artículo es mi colaboración mensual en el Instituto Mexicano de Yoga. Te invito a revisar los artículos de otros colaboradores así como el programa de actividades en http://www.yoga.com.mx/

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