Simplemente... respira

Ahí estaba yo en mis primeras clases de Ashtanga Vinyasa Yoga. ¡Con muchas ganas y poca conciencia de la respiración! Si han tenido la oportunidad de adentrarse en este vigoroso estilo, habrán experimentado que preparamos el cuerpo con la secuencia de Saludos al Sol (Surya Namaskara). Cinco Saludos al Sol A, cinco Saludos al Sol B.
En las primeras sesiones, al entrar en Perro mirando hacia abajo (Adho Mukha Svanasana) llegaba sofocado, sin poder inhalar ni exhalar por la nariz. Mi respiración era un caos. Invariablemente la mente se agitaba y comenzaba a pensar: “Esto no es para mí, no tengo condición, nunca he sido muy deportista, quizás debo buscar otro estilo…”).
Con el tiempo, la ayuda de mis maestros, y un poco de paciencia, poco a poco aprendí a no desesperarme y a disfrutar mi clase. Recuerdo en particular una de las enseñanzas que me acompaña constantemente: “Controla tu respiración. No permitas que te controle. Quien controla su respiración, calma su mente. Quien calma su mente, ¡es libre!” ¡Qué verdad tan noble! ¿Cuántas veces no hemos escuchado que si estamos enojados o agitados respiremos profundo y contemos hasta diez?
El punto está en que, con frecuencia, olvidamos el gran poder transformativo de la respiración. Patañjali nos lo recuerda en uno de sus Yoga Sutras:
Tatah ksiyate prakāsa āvaranam
Prānāyāma aparta el velo que cubre la luz del conocimiento y anuncia el principio de la sabiduría.
II.52

Baba Hari Dass lo explica de la siguiente manera: “Yoga (unión) se logra haciendo cesar las olas de pensamiento (vrittis) en la mente. Y como la actividad mental está correlacionada con la respiración, mientras más respiraciones haya, más pensamientos correrán por la mente. Así, la práctica de Prānāyāma, que implica una serie de ejercicios respiratorios, reduce drásticamente el número de respiraciones efectuadas en un período dado. Y, una vez que la mente se ha calmado, uno se encuentra preparado para concentración y la meditación”.
Las prácticas de Prānāyāma están basadas en la respiración normal que distingue tres fases claramente: la inhalación, la retención y la exhalación del aire. Baba Hari Dass y otros profesores de yoga añaden una cuarta fase que es la retención de la exhalación.
Bāhya ābhyantara stambha vrttih desa kāla samkyyābhih paridrstah dirgha suksmah
Prānāyāma consta de tres movimientos: inhalación, exhalación y retención prolongadas y suaves; todas ellas reguladas con precisión según duración y lugar.
II.50

Toma nota de cómo Patañjali distingue Prānāyāma de la respiración normal al reducir el ritmo de las respiraciones y alargar el lapso de la retención de manera controlada.
Una manera sencilla de comenzar a experimentar los beneficios de Prānāyāma es hacernos conscientes de nuestra propia respiración. Busca una hora y lugar propicio donde no te interrumpan durante veinte minutos. Prepara el ambiente. Quítate los zapatos y adopta una postura que te permita tener la columna recta. El loto, medio loto o la postura perfecta (siddhasana) son ideales porque mantienen el contacto con el suelo y al ser simétricas potencian el equilibrio tanto físico como mental.
Procura elevar un poco tu asiento colocando un bloque o cojín para que tu columna se expanda. Si estás en una silla, mantén tus dos pies en el piso.
Cierra tus ojos. Se testigo de tu inhalación, tu exhalación. Siente cómo el aire entra por tu nariz, recorre el cuerpo y llega a tus pulmones. Observa ese breve instante en que retienes el aire para luego volver a exhalar por la nariz. Mantén el ritmo habitual y continúa por el tiempo que consideres necesario.
Ahora profundiza. Comienza a inhalar profundo y exhalar largo. Siente la expansión de tu capacidad pulmonar. Debe ser gradual y paulatina. Con calma. Realiza cinco respiraciones profundas más. Regresa a tu ritmo natural y en la exhalación repite mentalmente la sílaba SO y al exhalar HAM. El mantra So Ham (yo soy Eso) te ayuda a mantener el estado de tranquilidad alcanzado. Continúa así durante diez minutos. Disfruta este espacio que te has otorgado. No tienes nada que hacer. Simplemente… respira.

Lecturas recomendadas
Iniciación al Astanga Yoga de Baba Hari Dass (Octava edición). Publicado por Editorial Yug (México, 2008)
Luz sobre los Yoga Sūtras de Patañjali de B.K.S. Iyengar. Publicado por Editorial Kairós (Barcelona, 2009)

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