Recuerdo mi primer acercamiento al Yoga. Fue hace más de 15 años. Y no fue con el Yoga de las posturas, que en ese entonces era un poco más popular, sino con el de la devoción o Bhakti Yoga. Era tal me entusiasmo que lo quería compartir con todos: amigos, compañeros de escuela y familia. Obviamente, en esa época, en lugar de contagiar el gusto por la práctica, sólo generaba miradas de incredulidad y comentarios como: “ahora, ¿en qué te metiste?”
Hoy la percepción y las preguntas de quienes están indecisos en tomar o no su primera clase de Ashtanga, Hatha o cualquier otro estilo, no ha cambiado mucho. Siempre surge la duda de estar frente a una religión, una moda del New Age o un culto. Sobre todo cuando acuden a pedir informes a un estudio y se topan con representaciones de deidades de la India o de Buda, mantras y olor a incienso.
El Yoga es un camino de transformación, de experiencia directa. No se trata de creer sino de hacer. Es el camino del que no te digan, que no te cuenten. Vé, práctica y disfruta. Los textos clásicos, como Los Yoga Sutras de Patañjali nos guían para entender esa experiencia que los sabios vivieron en carne propia. Y a propósito de este libro, y entender la relación que existe entre el aspecto espiritual y el yoga, retomo el quinto de los Niyamas (observancias personales): Ishvara Pranidhana, que arroja luz sobre este tema:
¿Qué significa exactamente “entregarse a Dios”? B.K.S. Iyengar, en su libro Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali (Editorial Kairos) explica que: “Se alcanza samadhi a través de una inteligencia clara y de la intensidad del pensamiento de entrega a Dios. El poder de samadhi alcanza a aquel que toma refugio en Dios”.
Por su parte, Ana Paula Domínguez en Yoga para la felicidad, la salud y otras cosas (Editorial Martínez Roca), agrega: “Es rendirnos a lo que somos y a soltar el control de cómo creemos que las cosas deberían ser. El sentido de rendirnos y de la devoción nos abre a la experiencia de ser nutridos, de ser instrumentos de una conciencia más elevada de servicio, de dar para ayudar a otros en su despertar”.
Patañjali no habla de algún dios en específico e Iyengar destaca la palabra entrega. Se trata, tal y como lo señala Ana Paula Domínguez, de entregarnos a esa conciencia más elevada o divinidad, como sea que nosotros la entendamos.
No se trata de abandonar tus creencias religiosas sino de incorporar a tu práctica la entrega. Ya sea que tu conexión esté con Dios, Alá, Vishnú, Jehová, Shiva o Jesús, lo importante es saber que en ocasiones es necesario soltar, dejar ir y la vida se manifestará. Una amiga me dijo en una ocasión: “Dios nunca se equivoca”. Y aunque en esos momentos difíciles que todos enfrentamos de vez en cuando y queremos que las cosas se resuelvan de determinada forma, cultiva la paciencia, suelta, entra en ese proceso de entrega y contempla como las cosas tomarán el rumbo propicio. Tal y como una vez comentó Krishnamacharya: “Un verdadero yogui es aquél que se entrega verdaderamente”.
Lecturas recomendadas:
Ana Paula Domínguez, Yoga para la felicidad, la salud y otras cosas (Editorial Martínez Roca), agrega:
B.K.S. Iyengar, Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali (Editorial Kairos)
Hoy la percepción y las preguntas de quienes están indecisos en tomar o no su primera clase de Ashtanga, Hatha o cualquier otro estilo, no ha cambiado mucho. Siempre surge la duda de estar frente a una religión, una moda del New Age o un culto. Sobre todo cuando acuden a pedir informes a un estudio y se topan con representaciones de deidades de la India o de Buda, mantras y olor a incienso.
El Yoga es un camino de transformación, de experiencia directa. No se trata de creer sino de hacer. Es el camino del que no te digan, que no te cuenten. Vé, práctica y disfruta. Los textos clásicos, como Los Yoga Sutras de Patañjali nos guían para entender esa experiencia que los sabios vivieron en carne propia. Y a propósito de este libro, y entender la relación que existe entre el aspecto espiritual y el yoga, retomo el quinto de los Niyamas (observancias personales): Ishvara Pranidhana, que arroja luz sobre este tema:
II.45Entregarse a Dios reporta perfección en Samadhi (liberación)
¿Qué significa exactamente “entregarse a Dios”? B.K.S. Iyengar, en su libro Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali (Editorial Kairos) explica que: “Se alcanza samadhi a través de una inteligencia clara y de la intensidad del pensamiento de entrega a Dios. El poder de samadhi alcanza a aquel que toma refugio en Dios”.
Por su parte, Ana Paula Domínguez en Yoga para la felicidad, la salud y otras cosas (Editorial Martínez Roca), agrega: “Es rendirnos a lo que somos y a soltar el control de cómo creemos que las cosas deberían ser. El sentido de rendirnos y de la devoción nos abre a la experiencia de ser nutridos, de ser instrumentos de una conciencia más elevada de servicio, de dar para ayudar a otros en su despertar”.
Patañjali no habla de algún dios en específico e Iyengar destaca la palabra entrega. Se trata, tal y como lo señala Ana Paula Domínguez, de entregarnos a esa conciencia más elevada o divinidad, como sea que nosotros la entendamos. No se trata de abandonar tus creencias religiosas sino de incorporar a tu práctica la entrega. Ya sea que tu conexión esté con Dios, Alá, Vishnú, Jehová, Shiva o Jesús, lo importante es saber que en ocasiones es necesario soltar, dejar ir y la vida se manifestará. Una amiga me dijo en una ocasión: “Dios nunca se equivoca”. Y aunque en esos momentos difíciles que todos enfrentamos de vez en cuando y queremos que las cosas se resuelvan de determinada forma, cultiva la paciencia, suelta, entra en ese proceso de entrega y contempla como las cosas tomarán el rumbo propicio. Tal y como una vez comentó Krishnamacharya: “Un verdadero yogui es aquél que se entrega verdaderamente”.
Lecturas recomendadas:
Ana Paula Domínguez, Yoga para la felicidad, la salud y otras cosas (Editorial Martínez Roca), agrega:
B.K.S. Iyengar, Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali (Editorial Kairos)
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