El matrimonio entre movimiento y respiración


Inhalo profundo, exhalo largo. Elevo brazos, inhalo. Frente a las rodillas, exhalo. Estiro la espalda, miro al horizonte... inhalo. Exhalo, voy la plancha, chaturanga... Si hay algo que distingue al Ashtanga Yoga de otros estilos es el vinyasa, ¡el matrimonio entre respiración y movimiento! ¡Una relación que no admite divorcios!
Y va más allá de inhalar-exhalar con cada movimiento. Cada postura tiene una respiración asignada. Generalmente cuando expando (y también cuando elevo) inhalo, y cuando contraigo (o voy hacia abajo) exhalo. Por ejemplo, inhalo al entrar en urdha mukha svanasana (perro mirando hacia arriba) y exhalo en ardho mukha svanasana (perro mirando hacia abajo). Aquí me detengo en otro aspecto característico del ashtanga yoga: no sostienes las posturas por largo tiempo. Recuerda que las posturas o ásanas son sólo una herramienta. Como dice David Swenson: “¿Cómo reaccionas ante una postura que disfrutas y una que detestas? ¿Amas una postura? ¿Odias una postura? No te preocupes. Sólo dura cinco respiraciones”. El Ashtanga Vinyasa Yoga es meditar sobre el estado cambiante de todo lo que nos rodea. Lo único que siempre estará ahí es tu respiración. Imagina que cada postura es la cuenta de un rosario o mala y el cordón que las mantiene es tu respiración. Así tu practica se convierte en una respiración en movimiento.
El movimiento es la parte visible de tu práctica. La respiración es la parte que no se puede percibir desde el exterior. El vinyasa es la unión del aspecto interno con el externo. Yoga significa unión y del término Hatha puedes encontrar que ha es el Sol y tha la luna, la unión del Sol y la luna. El vinyasa es la unión de los pares de opuestos.
David Swenson afirma que la Primera Serie del Ashtanga Vinyasa Yoga es la que más vinyasas tiene de las tres series*. Es decir, entre algunas posturas realizas una transición con un Saludo al Sol (Surya Namaskara). Así que cuando tu profesor te hable de una vinyasa, se puede referir no sólo a esta unión entre movimiento y respiración, sino a las transiciones que existen entre posturas con los Saludos al Sol. Por su parte, Gregor Maehle, autor de Ashtanga Yoga. Practice and philosophy (Kaivalya Publications, Australia, 2006), resalta la importancia de realizar estas transiciones entre posturas porque: “si el ásana se práctica sin la respiración y el vinyasa, corres el riesgo de lograr un exceso de flexibilidad que puede desestabilizar el cuerpo. Esto se evita con los saltos que se realizan en las transiciones porque nos proporciona la fuerza necesaria para equilibrar el cuerpo al trabajar con las flexiones de la Primera Serie”. El yoga es equilibro, el camino medio. Como dijo David Swenson: “El avance del yoga no está en qué tan fuerte o qué tan flexible eres. De ser así, los circos y los espectáculos circenses estarían llenos de yoguis”.

*Existen tres series principales en el sistema que enseñó K. Pattabhi Jois. Más tarde hablaremos sobre cada una en detalle.

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