Mira al miedo de frente

Una de los aspectos que más disfruto del Yoga es la oportunidad que te brinda para ver la vida con una perspectiva más amplia. Encuentras el camino medio: ni una alegría desbordada, ni una depresión profunda. Comprendes que todo es transitorio, que cualquier estado emocional y mental, por más intenso que se presente, no se alojará permanentemente en ti. Que los pensamientos, al igual que todo en el Universo, se crea, se mantiene y se disuelve. Comienzas a generar la conciencia del testigo. Y así, todo aquello que se genera en tu vida se transforma en una metáfora para contemplar y crecer.
Todo esto a colación porque sigo leyendo el libro de Paramahamsa Yogananda, Autobiografía de un yogui (Self-Realization Fellowship, Estados Unidos, 2006).Y llamó mi atención cómo el maestro de Yogananda, Sri Yukteshwar, recuerda un episodio de su infancia que encierra una gran enseñanza. Cito: “En cierta ocasión, mi madre trató de asustarme con un espantoso cuento de fantasmas en un cuarto oscuro. Fui inmediatamente allí, y luego le expresé mi desilusión al no encontrar al fantasma. Mi madre no volvió a repetir ningún cuento de horror. Moraleja: Mira al miedo de frente y cesará de importunarte”.
Definitivamente, generar la capacidad de atestiguar la vida es liberador y es la llave para acceder a la sabiduría que ya está en cada uno de nosotros. Así encontraremos que las grandes enseñanzas están encerradas en las pequeñas cotidianidades. Basta una mente en paz, en calma, para que comiences a descubrirte. Pero como comentamos anteriormente, que ese conocimiento, que esa sabiduría, se convierta en un sustento para tu vida diaria. Porque de lo contrario sólo es un alimento más para el ego.

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