El cuerpo pasa factura


¡Ya subí unos kilos! El fin de semana tuve una práctica con Andrei Ram del Yoga Dharma Center y el domingo el cuerpo me pasó la factura. Me levanté como si el día anterior hubiese practicado 750 saludos al Sol A, 290 saludos al Sol B y todas las posturas de pie que te puedas imaginar. Pero, ¡¿para que me hago tonto?! Es tan fácil dejarse llevar en estos días por las celebraciones. Hay que ver a los amigos, cenar, cenar, cenar, y seguir cenando. Correr a las tiendas, pasar tres horas en una fila para que te envuelvan los regalos, aprovechar las ofertas de temporada, decidir dónde vas a pasar las fiestas: “¿Con mi mamá o con la tuya? Acuérdate que tu tío ebrio se me insinuó el año pasado. Así que ahora toca con mi má (y tu suegrita vive a tres horas de distancia sin tráfico).” Y dejo constancia de no estar en contra de la navidad. Al contrario, ¡yo amo estas fechas! Me fascina decir gracias por un año que terminó, elegir y dar un detalle a la gente que quieres. De hecho, colocó el árbol, las esferas y las luces desde el primer día de diciembre. Lo que me disgusta es entrar en esta dinámica desquiciante. ¿Por qué actuar de esta manera cuando debemos celebrar la vida a diario? Lo mismo con el acto de agradecer por las múltiples bendiciones que recibes en el año. Así que tomaré esta temporada como una época para aplicar lo que he aprendido a lo largo de estos 365 días y fortalecer la base del árbol del yoga. Aplicar los yamas: ahimsa (ausencia de violencia), satya (cultivar la verdad), asteya (abstenerme de tomar lo que no es mío), brahmacharya (moderación en mis acciones, por ejemplo, comer en estos días.) y aparigraha (practicar el desapego). Cultivar los niyamas: suacha (limpieza física y mental), santosha (vivir en un estado de dicha y satisfacción), tapas (mantener la disciplina), svadhyaya (contemplar las escrituras) e isvara pranidhana (reconocer la presencia de Dios en mi vida). Mi práctica inicia hoy. Sin pretextos. Sin juzgarme. Con dicha. Porque sin gozo no hay yoga. Mi propósito y firme deseo es mantener esa conexión que otorga paz a través de la ecuanimidad. Sólo reflexiona por un momento, ¿cómo puedes disfrutar de estas celebraciones sin engancharte en hábitos que sólo te desgastan energéticamente?

Seguiré escribiendo por estos días. Recibiré el año (practicando yoga) en La Paz, Baja California Sur. A partir de enero de 2010, si estás en la ciudad de México, podremos tener juntos la experiencia del Ashtanga Vinyasa Yoga. Impartiré clases todos los martes a las 20:15 en PurnoHam (http://www.purnoham.com/) un maravilloso shala en la esquina de Obrero Mundial y Amores, en la Colonia del Valle.

Con respeto, gratitud y amor,
Daniel

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