La buena compañía

Es complicado transmitir la experiencia del yoga o la meditación con palabras. Es similar a leer un libro de cocina y únicamente imaginarse un delicioso soufflé sin prepararlo. Por eso la práctica es la llave para acceder a ese espacio de introspección y descubrimiento que te da el meditar y ser un yogui.

De la misma manera, uno de los principales problemas que enfrenta el practicante es la falta de disciplina. Por supuesto, vivir al ritmo de hoy no es sencillo. Tráfico, ruido, distancias largas, presiones laborales, etc, hacen que sea difícil encontrar el espacio adecuado para realizar tus prácticas. Un elemento que puede ser de gran utilidad y apoyo para comenzar y mantener la disciplina es el mantener una buena compañía. Tanto si eres nuevo como ya un practicante regular, el reunirse con gente con las mismas inquietudes, compartir experiencias y espacios dedicados al yoga y la meditación genera un entusiasmo que nos anima a continuar y participar activamente en nuestro propio desarrollo. Es vital que el buscador esté con un corazón abierto para elegir qué lugar y quienes serán esos compañeros cuyos caminos se cruzarán, por un tiempo, en el trayecto de vida. No se trata de un club social más sino de mantener la buena compañía. En India, hay una práctica cotidiana que se conoce como Satsang (literalmente, estar en compañía de la verdad). El Satsang es la reunión de personas que juntos meditan, contemplan y realizan prácticas espirituales. La experiencia es distinta porque la energía de todos los que participan se acumulan. Recuerdo muy bien una clase en el Centro Budista de la Ciudad de México. Comenzaba con mi práctica de Hatha Yoga y en esa ocasión la maestra, sin avisarnos, comenzó a dirigir una serie de Saludos al Sol.
El Saludo al Sol (o Surya Namaskar) es una serie de ejercicios que constituyen un calentamiento general de todo el cuerpo. Fija el ritmo de la respiración y nos ayuda a situarnos más en el foco de la misma. Por lo general son 13 posturas, cada una acompañada de una respiración. Comenzamos con la serie. Terminamos uno completo, luego otro, uno más.... seguíamos. ¡Se trataba de la práctica de los 108 Saludos al Sol! Desde afuera, parece un esfuerzo increíble pero al realizar la práctica en grupo surge algo que sólo puede describirlo quién lo ha experimentado. Mi condición en ese entonces no estaba tan acostumbrada a la práctica pero llega un momento que, te fundes con la energía y la dinámica del grupo y te conviertes en un continuo fluir entre postura y postura. Así es como funciona la buena compañía. Busca y estoy seguro encontrarás un centro de meditación, ashram, escuela de yoga o maestro que será el más apropiado.

Correo electrónico: omyogahoy@gmail.com

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