¿El Yoga es para mí?



A lo largo de los años, he conocido a todo tipo de personas que practican yoga. Hay empresarios, secretarias, estudiantes, diseñadores, jóvenes, ingenieros, médicos, adultos mayores, niños, intelectuales, profesionistas, filósofos, vendedores, músicos, solteros, amas de casa, casados, agentes de viajes... Sin importar condición social, edad, complexión física, religión, carácter, intención, el yoga no está determinado para cierto tipo de hombre o mujer. Y en este sentido existen muchos estereótipos que se asocian: tienes que ser un hippie, renunciar a tu vida en el mundo, ser delgado contorsionista y comer únicamente hierbas. Nada más falso que eso. Al contrario, la práctica del Yoga y la meditación es para todos. No es exclusiva de una religión, país o creencia ideológica. No es sólo para atletas consagrados ni para renunciantes. Tampoco hay una edad ideal para comenzar. Lo que si creo que hay es un anhelo, una curiosidad por ir un poco más allá de lo que vivimos a diario. Conocer quienes somos, explorar nuestras capacidades. En una ciudad como México, cada día es más difícil detenernos, ver en dónde estamos, ser conscientes de nuestras reacciones, nuestros hábitos y nuestras palabras. Es un constante correr, correr, correr. Y es el ritmo chilango que nos ha tocado vivir. Nos quejamos todo el tiempo pero no somos capaces de ver que también hay cosas buenas. Y precisamente, practicar yoga y meditar te permite crear esos espacios contigo mismo, darle un respiro a la mente para que deje de ir de arriba hacia abajo, de un lado a otro, y vivas el momento presente. ¿Qué nos hace tener este anhelo, esa curiosidad, esa necesidad de ir más allá? Es difícil contestar a esta pregunta. Leí en una ocasión que uno debe acumular muchos méritos, no sólo en esta vida, sino en pasadas, para tener la buena fortuna de encontrarse con un maestro, o Guru, que nos lleve a la experiencia de volver a establecer esa conexión interior. Lo que si puedo decir es que si estás leyendo esto hoy es porque existe, por lo menos, una simple curiosidad de ir más allá. Dáte la oportunidad. Medita, toma esa clase, acepta la invitación que te ha llegado, pregunta. No pierdas tiempo. Comprenderás que nada sucede por casualidad.




Correo electrónico: omyogahoy@gmail.com

Comentarios