.jpg)
Sebastían es mi sobrino de cuatro años. A esa edad, los niños tienen una curiosidad por conocer el mundo y una energía fantástica por lo que rara vez están quietos. Es fantástico ver cómo descubren todo lo que hay a su alrededor a través de los sentidos y de su cuerpo. Como comentó Swami Nityananda: “Cuando los niños pequeños comienzan a involucrarse en la vida están completamente presentes. Simplemente, son –cuando juegan, cuando lloran, cuando ríen. El Yoga llama a esto el estado de la no acción porque el Purusa, el alma individual, no está apegado a la acción, la cual es parte del fluir natural. No existe el intento de poseerla. La noción estoy haciendo esto, está ausente”.
Por eso, recibí con gran gusto la noticia de que Sebastían ya practica yoga. ¡Ya me demostró su parado de manos con apoyo en la pared! ¿Qué ocurre en una clase de yoga para niños? ¿Cuáles son los beneficios? Agradezco infinitamente que Bea Casillas, instructora de Yoga para niños, haya decidido aceptar mi invitación para responder a algunas de estas preguntas. Aquí su colaboración:
Una mañana, mientras subía y bajaba como cabra desbocada por la casa, me di cuenta que Alex, mi hijo mayor, no hacía ruido. Me pregunté qué estaría haciendo. Al dirigirme a su habitación me encontré con una sorpresa maravillosa que jamás imaginé: ¡Alex se encontraba en flor de loto, con las manos en sus rodillas y con los ojos cerrados! Me quedé admirada, callada, no sabía que decir. Por mi mente pasaron 101 ideas: ¿Está jugando? ¿De dónde sacó eso? Era imposible que lo hubiese aprendido de mí. Jamás me había visto en esa postura porque la meditación no era una práctica usual en mis rutinas. Cuando se dio cuenta que estaba ahí, se me quedó viendo, sonrió y mi primer impulso fue preguntarle qué hacía, dónde había aprendido. Estaba realmente emocionada y él, de lo más tranquilo, me contestó: “pues meditando mami” y siguió jugando.

Comenzamos a practicar juntos con videos en casa. Dedicábamos 30 minutos a la práctica y, aunque para nosotros que eramos principiantes representaba mucho tiempo, lo disfrutábamos enormemente. No obstante, me preguntaba de qué manera podría hacer nuestra práctica más divertida, apta para su edad y, lo más importante, acercarlo aún más a lo que ya traía. Aún así, los resultados eran maravillosos. terminaba sonriente, cariñoso conmigo, platicador. El momento que creamos lograba, además de tranquilidad en él y un espacio de magia en mí, fortalecer nuestra unión porque compartíamos ese espacio.

¡Más adelante les platicaré sobre beneficios del yoga en los pequeños y las recomendaciones para una práctica divertida!
Bea Casillas
E-mail: yogabea@hotmail.com
http://www.facebook.com/yogaparaninos
http://www.facebook.com/inspirayoga
muy padre artículo bea! felicidades!
ResponderEliminarGracias Normita, me dió gusto verte hoy!!! Un abrazo.
ResponderEliminar